Las armas, y me
refiero a las de fuego siempre me parecieron interesantes. Son instrumentos eficaces
que pueden cambiar la situación en un microsegundo. Puedes inhabilitar a un
agresor de manera rápida. Nos hace sentir poderosos, podemos quitarle la vida a
alguien con solo mover un dedo, es el poder de Dios. Los defensores de las
armas podrán justificar este argumento. Recuerdo haber leído sobre la matanza
en Virginia Tech University el año 2007, una de tantas masacres en Estados
Unidos en la que un estudiante aparentemente desquiciado asesinó a treinta y
dos personas, hirió a veintinueve, suicidándose luego. Según los paladines de
las armas, si alguno de los estudiantes hubiera tenido un arma, habrían eliminado
al atacante y no lamentaríamos tantas muertes. Se mantiene el circulo vicioso.
Otro caso
similar, la ocurrida en la escuela Columbine, Colorado, en 1999, que fue dado a
conocer por el excelente documental “Bowling for Columbine”. Dos alumnos
dispararon contra doce compañeros, un profesor, hiriendo a otros 24
estudiantes, suicidándose luego. Las armas que usaron se adquirieron legalmente.
Creo que no
todas las personas estén listas para tener un arma. Les contaré un hecho que le
sucedió a una persona que trabajó conmigo, aunque no era amigo mío, si me
conmovió lo que le sucedió: él era (y espero que ya no lo sea) una persona de
carácter explosivo, se alteraba fácilmente. Una mala combinación con la posesión
de un arma.
Resulta que
esta persona tenía problemas con el estacionamiento de los vehículos del
negocio de un vecino suyo, siempre aparcaban frente su casa, impidiendo
estacionar el suyo. Un nefasto día, fue a increpar al vecino que mueva su vehículo,
pero ante su negativa, fueron a los gritos y luego a los golpes. Este incidente
ocurrió frente a la esposa e hijos de ésta persona, y fue vencido por el
vecino, mas fornido que él. Humillado frente a su familia y vecinos, solo atinó
a entrar a su casa y sacar su pistola, amenazando al vecino. El vecino no se asustó
mientras le gritaba que no se atrevería a dispararle, y que él también tenía un
arma y si tenía el valor de usarla. Mientras el vecino le dio la espalda, dirigiéndose
a su casa donde se supone, sacaría su arma, esta persona le disparó, matándolo.
Arruinó su vida, la de su familia y la familia del vecino porque no pudo controlar
su ira, y además, tenía un arma.
Sobre la
tenencia de armas, me parecen interesantes, pero como instrumento deportivo, ni
siquiera de caza, para tiro al blanco. Solo he utilizado armas de aire
comprimido para este propósito, pero con un arma de fuego puedes intentar
blancos más lejanos y probar aún más tu destreza, solo para eso. Tener un arma
con otros propósitos ya es muy diferente. Como dijo el tío de Peter Parker (El
Hombre Araña): “Un gran poder implica una gran responsabilidad” y creo no estar
preparado para esa responsabilidad, aunque creí estarlo.