miércoles, 23 de marzo de 2022

Conciertos

 

Si han leído algunos posts anteriores supondrán que me gustan los conciertos. Ahora se supone que debería decir que se equivocan, pero esta vez no. Creo que estos eventos son los únicos con aglomeraciones masivas de público que tolero. Considerando además que la mayoría de veces prefiero disfrutar la música en soledad, los conciertos son excepciones que bien vale la pena el esfuerzo. Menciono lo del esfuerzo porque muchas veces existen los inconvenientes de caminar varias cuadras para llegar al local, dejar el carro lejos, soportar que un zambo te manosee en la puerta, comprender que eres chato y los de adelante no te dejen ver, y pagar por lo general precios elevados.

La euforia que uno puede sentir cuando sale al escenario tu grupo o cantante favorito no tiene descripción. Aunque esto solo puedo imaginarlo ya que mi grupo favorito nunca ha venido por estos lares, pero ver a un grupo que te gusta y que toque alguna canción esperada es lo mejor que te puede pasar. Creo, por lo menos me pasa a mí, me libero en un concierto, estoy rodeado de gente con la misma afinidad (o parecida) y dependiendo del manejo del escenario del grupo o cantante, la masa se vuelve una.

Antes pensaba que solo se necesitaba que el grupo subiera al escenario y tocara sus canciones para ser un buen concierto. Reconozco que musicalmente puede ser una buena performance, pero ahora comprendo la necesidad de realizar un espectáculo, que es al final lo que el público viene a ver. A veces no me reconozco al escribir eso último, ya que voy a un concierto a deleitar a mis oídos, no a mis ojos, pero también creo que un buen show sobre el escenario es vital para la  disfrutar un poco más tus canciones favoritas.

Puedo citar algunos ejemplos: en el concierto de Deep Purple en el Estadio Nacional se habilitó solo la tribuna sur, el escenario estaba pegado a la tribuna lo que creó una concha acústica y el audio era espectacular. Disfrutaba tranquilamente el concierto cuando decidieron tocar “Perfect stranger” uno de sus temas poco conocido que no esperaba escuchar, pero quizás el que más me gusta. Al ejecutarlo, en un solo de guitarra hicieron un juego de luces, solo para este tema. Si puedo buscar armonía entre sonido y luces, creo que es ésta. Me gusta ahora esta canción más que antes del concierto.

En la presentación de Paul Mc Cartney, interpretaron  “To live and let die”, la verdad un tema que poco me apasiona,  o apasionaba. Realizaron un espectáculo de fuegos pirotécnicos impresionantes durante su ejecución que resultó en un momento telúrico. Ahora me parece indispensable este tema. Este concierto fue memorable, recuerdo haber hablado muchas veces que una de mis grandes fantasías era ver a un Beatle en vivo, imaginaba muchas veces lo que sentiría al escuchar “Hey Jude”  y pasó exactamente lo que imaginaba: cuando entonaba la parte “…take a sad song and make better, better, better…..ohhhh” fue un momento orgásmico y sentí, no sin asombro que una lágrima corría por mis mejillas. Creo que soy humano al fin.

He asistido a muchos conciertos, no todos los que me hubiera gustado pero creo que a los más importantes. Llevé a mi hija de entonces catorce años a ver a Los Violadores, y de teloneros a Leuzemia y Cadena Perpetua, concierto con pogo incluido. Para los limitados que no saben que es el pogo se los explicaré: es una expresión que consiste en saltar y chocarse en grupo unos contra otros al ritmo de la música en un concierto, muy relacionado a la música punk. Se supone que sirve para liberar frustraciones, estrés, o tensiones violentas. Pero esto con mi hija presente obviamente no lo hice, aunque si en un concierto anterior de este grupo, allí si me metí al pogo y debo reconocer que si es un acto liberador.

Y bueno, solo espero que vengan AC DC, U2, Electric Light Orchestra, la reunión de Led Zeppelin y otras grandes bandas.

Disculpen el retraso, espero volver pronto.

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