Una vez un pata que recién conocía, al
conversar con sobre música me dijo que yo era un melómano. Cómo no entendía
bien el significado de éste adjetivo, no supe si me había insultado o no, así
que lo busqué en el Diccionario de la Real Academia Española y dice a la letra:
“Fanático de la música”. Bueno, creo que no se equivocó, me gusta tanto que le
presto toda mi atención cuando la escucho, mis cinco sentidos, que bailarla
sería una ofensa.
Cómo dije anteriormente, la música
transmite emociones, mensajes que muchas veces requieren toda nuestra atención
para entenderla, y si la bailas, estas más concentrado en cómo te mueves que en
sentirla. Aunque existe música que no transmite nada, es vacía, como los
géneros cumbiamberos, hechos solamente para ser bailados. Salvo raras
excepciones, éstos presentan muchas fallas, melodías estiradas, errores en los
tiempos, por lo tanto no tienen nada bueno que ofrecer. Géneros destinados a
desaparecer, ser desplazados por algún otro ritmo que las radios pachangueras
impongan al público que es fácil de convencer.
Entiendo que en muchas culturas, los
orígenes de los bailes representan alguna actividad cotidiana de los
pobladores, como las cosechas, esquilas de animales, el riego, la trilla, etc.
Definitivamente, algunos de ellos son expresiones culturales, y como tal, las
respeto, pero también pueden expresarse en la pintura, cerámica, la música,
etc., expresiones más comprensibles para mí.
Aún no entiendo como alguien al escuchar
una canción puede moverse y no quedarse quieto escuchando. Alguna vez, una amiga en una reunión, al
escuchar un merengue y notar que me quedé quieto, me preguntó “si no se me movía el
cuerpo”. Le dije que no sabía de lo que estaba hablando y se sorprendió. Trato
de explicarme que al escuchar una canción “movida”, el movimiento del cuerpo
era algo “natural”, pero al ver mi cara de asombro, creo que entendió. Hasta
ahora no se qué quiso decirme.
Mucho creerán que he escuchado poca música,
o aún no escucho la adecuada, pero no es así. Creo escuchar muchos géneros. Mi
colección de música en mi PC es de 24000
canciones, y va en aumento. Siempre escucho radios de internet, me
gustan porque puedo ver los títulos de las canciones e intérpretes, y cuando
escucho algo que me llama la atención, la bajo inmediatamente, y empiezo a
explorar la discografía del autor.
Bueno, espero que entiendan porque no
bailo, y aparte de lo que ya mencioné, recuerdo que de niño me invitaron a una
fiesta infantil, era de un vecino y fui curioso, estaba comiendo canchita con
gelatina, cuando el papá del niño colocó a varios niños al centro de la sala
para que bailen. Yo lo miré extrañado, y me agarró también. Me puse a llorar y
me fui a casa.
Cuando era adolecente, me invitaron a un
“quinceañero”. Era la primera vez que iba a una fiesta y fui entusiasmado. Me
aburrí mucho. Estuve parado afuera de la casa todo el tiempo viendo a todos
bailar. Entonces me pareció una buena idea aprender a bailar, aunque iba contra
todos mis principios, pero lo hacía por ser socialmente aceptado. Uno de los
asistentes, quien también era de mi grupo scout se ofreció a enseñarme a
bailar. Fui a la hora acordada para la primera clase pero él nunca apareció,
luego se disculpo diciéndome que olvido la clase. Creo que mi vida hubiera
cambiado y mi percepción de la música nunca hubiera sido la misma, así que agradezco
el olvido del pata. Creo que me hubiese sentido hipócrita conmigo mismo si
bailaba. Era un adolecente y ser aceptado era muy importante entonces, pero
ahora no, eso ya no me importa.
Moriré sin bailar y soy feliz, vivo la
música cuando la escucho o toco mi batería, la siento en mis venas.
Es tiempo de una anécdota: un amigo mío,
coleccionista de discos de Isao Tomita, reunió a varios patas en su casa y nos
hizo escuchar un track de un disco del famoso tecladista japonés. Apagó las
luces y nos pidió no hacer ruido. Tomita hace New Age music, así que solamente
es instrumental.
Escuchamos con atención. Al terminar, el
anfitrión encendió las luces y nos pidió expresar que habíamos pensado mientras
escuchábamos. Todos coincidimos en imaginar un paisaje del viejo oeste
americano, un vaquero en un pueblo solitario y una bola de paja pasar a su
lado. Nos sorprendió entender que fue unánime la interpretación. Tomita dice
transmitir imágenes tetradimensionales en sus discos y le creo. Otra razón más
para prestarle toda mi atención a la música. ¿Si hubiéramos bailado este tema,
habríamos entendido el mensaje?
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