miércoles, 23 de marzo de 2022

Encuentros con el más allá

 

Uno de mis mejores amigos además de ser coleccionista de Playboy, también coleccionaba una revista sobre fenómenos paranormales llamada “Lo Insólito”. Esto pasaba allá por los ochentas, y éramos asiduos lectores de la revista, me refiero a la segunda. Entre los temas que leíamos estaban el fenómeno OVNI, sociedades secretas, alquimia, la psicofonía, etc.

Aunque no fuimos nunca muy creyentes de estos temas, lo hacíamos por un interés científico, siempre buscábamos el fraude que debería haber detrás, los puntos flojos que generaran dudas. Así que el único tema que podíamos comprobar era la psicofonía. Ésta consistía en colocar una grabadora en algún lugar donde se supone habitan espíritus, almas en pena o como quieran llamarlos y grabar sus sonidos.

En una de las tantas travesías que hicimos, llegamos a varios lugares arqueológicos aparentemente sin explorar en los alrededores del rio Chillón. Allí había muchos restos humanos, así que fue uno de los lugares donde intentamos grabar las “voces de los muertos”. Fuimos de noche, por la creencia que a esas horas se les podía ver o escuchar. Pero nada pasó, escuchamos con atención la grabación sin resultados, solo los sonidos ambientales.

Nuestro siguiente plan era ir a un cementerio de noche para realizar la grabación, pero  aún no nos animábamos a hacerlo. Recordamos que uno de nuestros patas nos mencionó que en su casa “veían” a un niño, incluso la hermana de éste pata una vez me lo mencionó, así que le propusimos grabar en su casa.

Fue un día cualquiera en la tarde, colocamos la grabadora en el piso de la sala, nos sentamos en el suelo al otro extremo de la habitación y empezamos a grabar. La grabación duró los treinta minutos que tenía un lado de casete (recuerden que hablo de los ochentas), y terminó. Lo rebobinamos y escuchamos con atención, todo iba sin novedad, creyendo que era una prueba irrefutable que los fantasmas no existen, hasta que escuchamos algo que no puedo explicar. Como a los quince minutos de grabación se escucha claramente unos pasos que se acercan a la grabadora y luego como si alguien se agachara y lo viera de cerca, ya que se escucha una respiración. Luego todo normal, los sonidos de la calle, las aves en el jardín.

Nosotros no perdimos de vista la grabadora en ningún momento y no vimos nada. Intentamos darnos alguna explicación pero no encontramos ninguna coherente. Simplemente lo dejamos ahí, hasta ahora que lo recuerdo.

Sigo siendo escéptico frente a estos temas, cuando escucho un ruido en la noche en mi casa lo primero que pienso es en mis gatos, o en un ladrón, aún después de esa experiencia. Falta mucha información y la mayoría de la que existe más se basa en creencias. Tengo que ver para creer.

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