No me gusta el fútbol. Creo que puedo contar cuántas veces
he jugado en mi vida con mis dedos y me sobrarían. Y no he jugado tanto porque
no me atraía jugar, prefería pasear en bicicleta o hacer caminatas
exploratorias (ya las mencioné).
Entonces, si no me gusta el fútbol, ¿para qué me molesto
escribiendo sobre el? Lo hago porque genera una pasión, que puedo comprenderla
por la misma pasión que siento por la música. Claro que ésta no llega a
fanatismos violentos y ahí es dónde difiere. No creo haberme molestado con
alguien solo porque no gusta de mi grupo favorito, es mas, prefiero que así
sea, eso lo hace más exclusivo e incluso excluyente.
Como supondrán no tengo un equipo favorito y creo que muy
pocas veces he visto un partido completo por TV (los de la selección), y cuando
los veo es mas por acompañar a mis amigos que por el deseo en si de ver el
partido. Cuando mi hija estaba aprendiendo a manejar bicicleta, aprovechábamos
un partido de las eliminatorias para salir a manejar en las solitarias calles
de nuestra ciudad durante el encuentro.
Recuerdo las pocas veces que he jugado. En el colegio cuando
me obligaban a jugar en educación física, era el ultimo que escogían (por
obvias razones), me ponían en defensa y solo me indicaban: “si te llega la pelota
patéala hacia adelante”. Algunas veces fui a hacer barra al equipo de mi
colegio, lo hacia porque los que iban salían temprano y por el chongo de ir en
mancha. Una vez recuerdo que jugaron en el Estadio San Martin, contra no sé que
colegio, pero al salir nos encontramos con la barra del otro equipo y se
produjo una batalla campal. Yo siempre he sido seguidor de las enseñanzas del
Mahatma Gandhi, así que solo observaba, hasta que tuve que pelear por mi vida.
Las piedras caían a mi costado y la policía apareció por detrás capturando al
primero que cogían, así que solo podía ir hacia adelante, enfrentándome a los
otros. Lancé no sé cuantas piedras y tampoco sé si alguna dio en el blanco,
solo supe que me abrí paso y escapé. Era un día de invierno (lo recuerdo bien),
y a nosotros nos obligaban a coser la insignia en la chompa, por lo que tuve
que quitármela al pasar por entre la barra del otro equipo para que no me
reconozcan, aunque pasé sudando.
Algo mas que me pasó respecto a este deporte es que una vez
di la vuelta olímpica al Estadio Nacional mientras el público me ovacionaba.
Esto no lo soñé, sucedió en 1983 mientras era Scout. Hubo un festival
organizado por la policía con espectáculos de perros y nosotros estábamos
invitados, recuerdo que habíamos dirigido el tránsito unos días antes así que
nos homenajeaban. Al llegar nos formamos por grupos scouts y pasó un jefe y fue
escogiendo a los mejor uniformados y me escogió a mí. Formó un batallón de
varios grupos y marchamos por la pista atlética. Fue la primera vez que
ingresaba al Estadio Nacional y solo he regresado por conciertos, aunque esta
vez me aplaudían.
Supongo que nunca me gustará este deporte y creo que por eso
he pensado muchas veces que no debería existir la selección de futbol. Han
demostrado ineficiencia por décadas, ni cambiando de entrenador ni jugadores,
es algo que los expertos deberían explicar, porque yo no lo sé, solo sé que
gastan mucho dinero en mantener un equipo que no logrará nada. El estado no
debería invertir en ellos, como tampoco invierte en muchos deportes, por lo que
no es raro para el gobierno dejar de apoyar a alguna federación. Creo que la
inversión privada es la indicada para financiar a nuestra fracasada selección.
El estado debería invertir en campeonatos de menores, academias y construir
campos de fútbol, ya que existen muy pocos en nuestro medio, las de fulbito
abundan y creo que esa es la raíz del problema. No voy a ahondar en este tema
porque como ya sabrán, no soy el indicado para decirlas.
Me voy.
La musica no llega a fanatismos violentos?? Y toda la gente que ha muerto en conciertos? Y las veces que tiran objetos a los artistas en el escenario? O los fanaticos que han atacado a sus idolos musicales? Las peleas en las fiestas chicha? y hay muchos mas ejemplos que no recuerdo en este momento.
ResponderBorrarFanaticos violentos hay para todos los gustos.